Mensaje a las generaciones milenials, Z, alfa y beta.

Me dirijo a todas las generaciones del mundo para hacer un recuento de los acontecimientos mundiales que han moldeado nuestra atmósfera psicológica, creando un ser humano adaptado a los intereses de las élites. Sin embargo, también quiero transmitir un mensaje de esperanza: el cambio está en nuestras manos.

La música reflejo de la sociedad o de las élites:

En los años 80, la música estaba cargada de emociones, poesía y sentimientos puros. Fue la era dorada de la música, con artistas como Michael Jackson, Madonna y Queen, cuyas canciones trascendían fronteras y culturas. Según un estudio de la Universidad de Southern California, el 72% de las personas asocian la música de los 80 con emociones positivas y nostalgia.

En los 90, la música se volvió más rebelde y energética, con bandas como Nirvana y Radiohead que buscaban romper con lo establecido. Sin embargo, también marcó el inicio de una expresión más coloquial y menos poética.

Para el 2000, la música comenzó a enfocarse en temas como el sexo, el alcohol y las drogas, con un vacío emocional evidente como el reggaeton. Un análisis de la Universidad de Nueva York reveló que el 60% de las canciones populares de esta década contenían referencias explícitas a estos temas.

En la década de 2010, la música se volvió aún más superficial, con mensajes que promovían el consumismo y la deshumanización. Aunque hay excepciones, como artistas independientes que mantienen viva la esencia musical de los 80, la industria musical ha priorizado el entretenimiento vacío sobre el arte con significado.

La moda y la pérdida de la belleza auténtica:

A partir de los 90, la moda comenzó a romper con los patrones tradicionales de belleza y ternura, adoptando estilos estrambóticos y carentes de sentido. Según un informe de la consultora McKinsey, el 70% de los jóvenes sienten que la moda actual promueve estándares irreales y contribuye a la deshumanización.

Crisis económicas y sociales:

Desde los años 80, el mundo ha enfrentado crisis económicas, políticas y sociales. Las intervenciones de Estados Unidos en países como Irak y Afganistán han costado más de 6 billones de dólares.

Las generaciones se fueron a un abismo del consumismo del capitalismo que dicta todos los estándares y modelos, utilizando el internet y a todas las más medias para venderte moda, tecnología, sexo, alcohol, alimentos, estatus sociales, te venden a sus políticos que mantienen sus intereses empresariales y te venden caos, corrupción y asesinatos.

Te venden películas de terror un Hollywood,  donde Estados Unidos es el bueno de la película y los demás son malos o enemigos, te venden odios, para sumirte en el miedo, para bajarte la autoestima, te venden homosexualismo, diciendo que tienes que expresar lo que tú quieres ser y no lo que por  nacimiento eres para implementar su plan de reducción de la población mundial, lo que no hacen es venderte valores humanos ni morales porque afecta sus negocios.

Según el Costs of War Project, y han dejado secuelas profundas en el orden global. La corrupción política se ha extendido, y economías enteras han colapsado. Por ejemplo, en América Latina, la inflación en países como Venezuela superó el 1,000,000% en 2018, según el FMI.

La alimentación y la salud:

La producción agrícola a gran escala, con manipulación genética y abonos artificiales, ha aumentado la cantidad de alimentos, pero ha disminuido su calidad. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 39% de los adultos en el mundo tienen sobrepeso, y las dietas altas en grasas saturadas y azúcares son responsables del 11% de las muertes globales, te venden enfermedades terminales.

La tecnología y la globalización:

El desarrollo tecnológico ha sido vertiginoso. En 2023, hay más de 5.18 mil millones de usuarios de internet en el mundo, según Datareportal. Sin embargo, este avance ha tenido un costo: la pérdida de originalidad cultural y la exposición de los niños a contenido superficial. Un estudio de Common Sense Media reveló que los niños pasan un promedio de 7 horas al día frente a pantallas, consumiendo contenido que rara vez les aporta valores significativos.

El consumismo y la deshumanización:

Las generaciones han caído en un abismo de consumismo. El capitalismo ha establecido estándares que priorizan el lucro sobre los valores humanos. Según un informe de Oxfam, el 1% más rico del mundo posee el 45% de la riqueza global, mientras que miles de millones viven en pobreza. La industria del entretenimiento, desde Hollywood hasta las redes sociales, nos vende miedo, odio y desesperanza, perpetuando un ciclo de deshumanización.

Un llamado a la acción:

Pero no todo está perdido. Las nuevas generaciones tienen el poder de revertir esta tendencia. Según un informe de Nielsen, el 66% de los consumidores globales están dispuestos a pagar más por productos sostenibles.

Es hora de recuperar nuestros valores humanos, de priorizar la familia, la comunidad y la solidaridad, debemos rechazar los antivalores que nos venden, te venden crisis económica para infundirte el miedo para no tener hijos, te venden la opción de criar mascotas para que sigas comprando productos del capitalismo, para que un futuro muerto, una generación sin hijos humanos, conlleva al suicidio de las naciones y de las familias.

Te infunden antivalores y te hacen ver qué la vida no es fácil, que todo es competitivo y que tienes que ser un esclavo para seguir produciendo más de 08 horas en las fábricas del sistema capitalista que está consumiendo a la humanidad en un abismo de deshumanización y destrucción de naciones, de culturas y de la célula básica de la sociedad "la familia".

Para así construir un futuro basado en la esperanza y el amor. Como dijo el filósofo Erich Fromm: "El amor es la única respuesta sana y satisfactoria al problema de la existencia humana".


Conclusión:

El mundo está en nuestras manos. Las generaciones milenials, Z, alfa y beta tienen la oportunidad de cambiar el rumbo. No permitamos que el consumismo, la deshumanización y el miedo nos definan. Construyamos un futuro donde la música, la moda, la tecnología y la economía estén al servicio de la humanidad, más no solo para las élites. El cambio comienza con cada uno de nosotros.

Por: Christian Aycho Carbajal 


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