Soldado NN
Cumplí treinta y tres años
cuando el Gobierno me preguntó:
¿Estás listo para defender a tu patria?
¿Listo para morir por la democracia?
La democracia estalló entre mis piernas.
Mis gritos se ahogaron en un charco carmesí,
sincronizados al ritmo lento de mis latidos.
Morí después de dos horas...
...pero tardé una vida en entender por qué.
Soy el soldado que exhala su último "¡No!",
aferrado a la mano del médico,
¡No me dejes morir!
¡Ayúdame!
(mientras la democracia se desangraba
entre papeles y discursos).
Ahora yazgo en una fosa común,
en el olvido crule del tiempo.
Para el Estado, solo fui un número,
un cero en el parte de bajas.
Morí peleando contra hombres
que nunca conocí,
que nunca odié,
por una palabra hueca:
Democracia.
Ahora soy solo
huesos que la tierra devora,
sin nombre,
sin gloria,
¿De qué sirvió el honor
si no puede comprar un minuto de vida?
¿Qué hice?
¿Para qué?
¿Para quiénes?
Mi familia lloró mi ausencia...
pero el dolor se volvió costumbre.
Mi hijo creció sin padre,
mi esposa encontró otro amor
(y yo...
yo me volví polvo y preguntas).
Dime:
¿Quiénes se beneficiaron?
¿Quiénes promovieron la guerra?
¿Quiénes vendieron las armas
que destrozaron mi cuerpo?
Mientras mi hijo tiene hambre,
¿ellos brindan con caviar?
¿Ellos pisaron el frente?
No... solo usaron nuestros cadáveres
como escalones para su poder.
Ahora dime:
¿Soy un héroe...
o solo otro tonto con uniforme?
Tuve que matar a un desconocido
para terminar aquí:
un Soldado NN,
una cruz sin flores,
una bandera manchada
que nadie quiere limpiar.
--Christian A.C.
Comentarios
Publicar un comentario