Códice Estelar
Bajo el firmamento que susurra espectro de remembranzas, esta tu rostro, mi fotón vibrante en mi universo mental.
Eres la luz que desnuda el cuerpo negro de mi noche acostada, donde estrelladas luciérnagas pintan coronas de arrebol.
Eres mi sempiterno anhelo que desnuda calor, petricor que el tiempo retiene en sus manos cansadas.
El sabor de tus labios es mi fuerza, pulsar de virtud y esperanza en medio interestelar
Es la paz que destila tu cuerpo, mi campo magnético, fortaleza que ordena el caos de soledad.
El faro en las tinieblas, cuásar que quiebra el horizonte, eclipse de luz invertida de esta fatal incertidumbre.
Mi regalo divino es tu ética, supernova en expansión mirífica: ardes sin consumirte, astro ígneo.
Y en tu pecho laten melodiosas arpas que vibran mariposas y arrebato de destellante epifanía.
Tus cabellos se deslizan en mis dedos, el perfecto brillo estelar limerente, órbitas en mi galaxia que ningún astrífero doma.
La luna en tus ojos sabe a perfume de luz, mi medio interstelar que opaca el dolor, y en tu mirar muere el espectro del eterno y trágico ocaso.
Eres la ecuación que resuelve mi enigma existencial, la supernova que no teme al colapso apocalíptico de millones de humanos ahogados en señuelos.
En mi firmamento de versos callados, eres el barco que navega mi piel fría, el oceano melifluo que dibuja estrofas de un revolucionario poema.
--Christian Aycho Carbajal
Comentarios
Publicar un comentario