Egoismus necatorius


El osco y frío cielo riza las almas,

en el dolor de las rasgaduras 

de sus dedos ensangrentados,  

espejo roto que hiere 

la pupila del poeta.  


El llanto sin voz del niño  

que en polvo de dinamita  

rocía su rostro de lágrimas

cual arena seca en esófago


Polvo que acaricia el cuerpo inerte  

bajo los escombros retorcidos  

como la maldad del energúmeno,  


Aprieta el cuerpo débil de un eco  

dormido en la indiferencia,

del oceano carmesí, donde los gritos

son palabras en libros abrasados.


El alma naufraga en un grito sin sonido,  

el dolor de mi paz murió en la maldad,  

y en las fauces de la bestia de mercado.  


Mis angustias se retuercen 

en la hipocresía del mundo.  

en los likes de miles y de quien filma  

mientras la víctima recibe el puñal,  

en la calma de los ojos del mundo, 


Ven hasta el último latido sin parpadear,  

viralizando el dolor, retorcidas mentes 

en cuerpos de sardinas congeladas

un rebaño de miradas sin almas.


Egoismus necatorius,

ven en silencio morir  

a la humanidad, sin sentir  

un gramo de compasión.  


Se pierde en el humo de los tanques  

la poca empatía y la esperanza 

que yacen bajo las piedras de la noche

que ya no enciende calor humano.  


¿Dónde estás, palpitar humano,  

que aún sientes amor por tu prójimo?  

¿O acaso las tinieblas apagaron tu luz?  

¿O acaso el dinero cerró tus ojos?  


¿Dónde estás, ¡Si eres luz! 

que puede encender esta oscuridad,  

si eres el actor principal 

de la mejor historia, 

jamás escrita?  


Si eres tú, quien escribe el futuro  

de este mundo, despierta.  

¡Despierta!, que tu mano enciende  

el alba de los escombros.  


--Christian Aycho Carbajal 


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