Alba del Nirvana
Entendí que el tiempo
son actos perennes
hilos de Dios trenzando
los cuerpos, almas
y caminos sin nombres.
Entendí la sangre de las luchas,
el peso de las banderas,
lágrimas ahogadas en agonía,
risas que restallan en bendición.
Entendí el silencio,
su filo partiendo miradas
las horas de angustia,
y segundos de alegría.
Entendí la conciencia,
un león devorando sabiduría,
el cuerpo, vela que ilumina energía.
Entendí la nostalgia clavada
en espinas oscuras,
el caos doblegando la razón,
y el corazón rendido
y mudo en su prisión.
Entendí la luz desvistiendo
el secreto del color,
las formas que del barro
deshechas en polvo.
Entendí que Dios es el todo:
el universo palpitando electrones
en sus venas atómicas.
Entendí que la pureza
es el único fin de lo humano.
Y que el Nirvana
es el alba que incendia y libera
el ocaso de las almas,
cuando las almas
se desprenden de sus nombres.
--Christian Aycho Carbajal
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