La conciencia de la materia












El cuerpo, 

vehículo de barro y minutos,  

arca donde el alma,  

abeja lenta, se posa  

en el polen de las horas,  

y liba su mística miel.  


Cuerpo sano,  

conciencia sana;  

si se contamina,  

el alma se bloquea  

en una orilla sin puente.  


La alimentación  

energética correcta  

fortalece las funciones  

de la conciencia.  


El cuerpo humano es sensible  

a entidades que destruyen  

su evolución natural,  

temerosas de perder  

la lucha contra Dios.  


El cuerpo, templo sitiado,  

acechado por negras entidades:  

fantasmas cubiertos de rabia,  

que niegan el rostro al viento,  

en dimensiones sin luz,  

por miedo a ser borrados.  


El hombre traza su esencia  

en caminos de luz;  

la oscuridad solo  

opaca su existencia  

en dolor de la penumbra,  

en tinieblas del Hades,  

donde el olvido es eterno.  


Esa luz es la conciencia humana,  

ciencia de la evolución  

y del verbo de la purificación.  


--Christian Aycho Carbajal 


Un poema que toca el alma  y devuelve la conciencia.

Dedicado para todos.


Comentarios

Entradas populares