Oscura Programación
En tétricas grietas,
en llagas profundas,
laten melodías rotas
que tiñen el caos
en dolor perpetuo.
Desde los balcones,
halcones de plomo
vigilan a los bufones
que destrozan sus reflejos
circo y pan de miseria
su risa, trampa de mirones
sin rostro, sin alma.
Los cimientos gimen
a gritos de estruendo
canciones ahogadas
por el peso de las rocas.
Y en los ríos oscuros
aún flotan susurros,
lamentos sin nombre,
ecos anónimos.
La tierra intenta sanar
con espigas de trigo
a las lágrimas que
ahora riegan
semillas de fatalidad
y flores de quimera.
Pero los páramos
son desiertos caídos.
sedientos de luz,
embriagados de su vacío.
Y el hombre
oh viejo engaño
enjauló su alma
en un cubo de hielo,
en miedo y silencio.
Miedos que:
clavan sus pasos,
en la cruz de rabia
le roban la voz,
fabrican su dolor,
fingen su respiro
hasta ahogarlo
en rabia.
Lo convirtieron en máquina
de respuestas antojadizas,
hasta hacerle creer
que el brillo de sus cadenas
es un paraíso.
Lo redujeron a autómata,
a ritmo de obediencia,
a fuerza de repetición...
hasta amar el óxido
de sus cadenas
como si fuera oro.
Y ahora, programado
en código oscuro,
canta, sin saberlo,
los versos que el abismo
le grabó en su piel,
en su corazón lleva
un escrito que no tiene
su esencia.
--Christian Aycho Carbajal
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