Suspiros del Árbol










Bajo su techo
abraza el cuerpo
en fronda segura,
bajo su raíz
late el cansancio.


La brisa que trenzan 

las hojas

besa y muerde 

su piel.


En el universo floral,
millones de abejas
fecundan el tiempo
con dientes de polen.


Sus pies ahogan su sed
en el césped,
bebiendo el cielo
y el dolor se aleja.


En las hojas etéreas,
lucen mosquitos,
viajeros del viento,
bebiendo el reloj estelar.


El mundo es un ser
que vive de la savia,

Su fuente;
no es un líquido,
es un río del tiempo verde
que incendia las venas
de la atmósfera.


El mundo bebe
el zumo de la tierra,
donde billones
de vidas germinan
desde la oscura
entraña de la tierra.


El árbol es la esperanza,
un grito de oxígeno vivo
en vientos de libertad,
aleteando vida
en infinitas alma.


Deja que el viento,
mensajero de Eolo,
inyecte la savia
de sus suspiros
en tus venas.


Sus tallos destilan
miel de aire,
y besos de clorofila

en latidos, silencio
y paz perpetua.


—Christian Aycho Carbajal


En memoria a mi madre y a mi tía en el cielo: 

Petronila Cortés H. y en memoria a mi tía Eliza Flor Rojas C., quienes me enseñaron a amar las plantas y la vida.

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